¿UNA MINA EN EL RIÑÓN?
PIEDRAS
Tenemos claro que los riñones no son minas; pero sí que se pueden formar piedras en su interior. Tampoco se parecen en nada a un camino en el monte, donde encontramos todo tipo de piedras. Entonces, ¿qué es lo que ocurre?
Para empezar, os dejo aquí un vídeo sobre las generalidades anatómicas y fisiopatológicas del riñón (muy recomendable para entender lo que viene a continuación):
Bien, las piedras en el riñón, también conocidas como cálculos renales, son acúmulos de varios tipos de cristales que precipitan. Son una causa común de sangre en la orina (hematuria) y dolor en el abdomen, el costado o la ingle. Ocurren en 1 de cada 11 personas en algún momento de su vida y los hombres se ven el doble de afectados que las mujeres. El desarrollo de los cálculos está relacionado con la disminución del volumen de orina o el aumento de la excreción de componentes formadores de cálculos como calcio, oxalato, ácido úrico, cistina, xantina y fosfato. Los cálculos también pueden ser causados por niveles bajos de citrato en orina o acidez urinaria excesiva. A este fenómeno se le denomina LITIASIS RENAL.
LITIASIS RENAL
Se define como la consecuencia de una alteración de las condiciones normales de cristalización de la orina en el tracto urinario. En un individuo sano, durante el tiempo en el que la orina reside en el tracto urinario, se forman cristales tan pequeños que se eliminan de forma natural. Sin embargo, cuando las condiciones normales de cristalización de la orina se alteran, la tasa de nucleación y crecimiento de los cristales se altera de tal forma, que los cristales no pueden eliminarse fácilmente debido a su tamaño. Es aquí cuando decimos que se ha formado una piedra o un cálculo renal.
Las razones por las cuales se forma un cálculo renal pueden deberse a la composición de la orina, como ya he mencionado, o a la morfología del tracto urinario.
Hay dos factores principales en cuanto a la morfología del tracto urinario que pueden afectar la formación de cristales. El primero de ellos es la presencia de cavidades (formadas por cálices renales) que retienen la orina durante largos períodos. El segundo es un epitelio alterado que recubre las papilas renales, que puede surgir por eventos como daño a la capa de glicosaminoglicano anti-adherente que recubre el uroepitelio, necrosis o la presencia de calcificaciones subepiteliales.
Normalmente, se padece litiasis renal como consecuencia de una combinación de ambos factores (composición urinaria y morfología del tracto urinario), aunque es de suma dificultad determinar la causa concreta.
TIPOS DE CÁLCULOS
Existe una gran variedad de cálculos renales, atendiendo a su composición y tipo de formación:
Los más comunes son los de calcio, afectando en torno al 74% de los individuos con litiasis renal. Cabe destacar que los cálculos de calcio se combinan con oxalacetato o con grupos fosfato, dependiendo de la causa por la que se hayan formado.
DIAGNÓSTICO
En cuanto al análisis bioquímico que se debe realizar en cuanto se sospecha de una piedra en el riñón, se hace un análisis de orina. Por lo general, hay hematuria, pero hasta el 15% de los pacientes con cálculos renales no presentan ni siquiera hematuria microscópica. Los positivos en nitritos, leucocitos y bacterias sugieren una infección que debe tratarse inmediatamente.
La ecografía es muy útil para evaluar la obstrucción e hidronefrosis resultante, especialmente en el embarazo, donde no se pueden utilizar los estudios de rayos X. También se puede utilizar para medir el índice resistivo, que puede sugerir una obstrucción ureteral.
Índice resistivo = (velocidad sistólica máxima - velocidad telediastólica) / velocidad sistólica máxima
Los valores de 0,70 o menos se consideran normales, mientras que los valores más altos sugieren uropatía obstructiva. Una vez que se ha identificado un cálculo ureteral, cuanto más bajo sea el índice resistivo, más probable es que el cálculo se expulse espontáneamente.
Por otra parte, la prueba más sensible para diagnosticar la urolitiasis es una tomografía computarizada abdominal y pélvica sin contraste, que también proporciona información sobre la obstrucción con hidronefrosis o una infección. Esta prueba se hace sin contraste porque si se hiciera con contraste en un primer momento, dificultaría el diagnóstico del tipo de cálculo renal y entorpecería cuantiosamente el consiguiente tratamiento.
BENEFICIOS DE INGERIR UNA CANTIDAD ADECUADA DE AGUA
Un aspecto clave para prevenir todo tipo de cálculos renales es la adecuada ingesta de líquido, que afecta tanto a la concentración de orina como a la frecuencia con la que se expulsan las micropartículas sólidas del sistema urinario. De hecho, la terapia inicial para la prevención de cualquier tipo de cálculo renal es aumentar la ingesta de líquidos, con el fin de asegurar un volumen de orina de al menos 2 litros por día.
Aquí os dejo más información por si queréis profundizar en el tema:
¡Espero que os haya gustado el post de hoy! Si tenéis alguna duda o queréis que escriba sobre un tema en concreto, no dudéis en dejarlo en comentarios👇👇👇
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